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Acerca de

Comercio Exterior

COMERCIO EXTERIOR

El Comercio Exterior es nuestra gran fuente de recursos y prosperidad, ya que significa transar con miles de millones de habitantes de la Tierra, frente al Comercio Interior con unos pocos millones de nuestro territorio.  El Comercio Exterior es el que, gracias a la bendición de nuestras tierras, subsuelos y mares, enormes espacios para generación de energías renovables, y la invalorable capacidad de nuestros profesionales para participar exitosamente en la industria del software, podrá impulsar la nación a su más veloz, sostenible y próspero crecimiento, produciendo bienes industrializados o virtuales, en lugar de vender recursos a granel y sin valor agregado.

Esa debe ser una política de Estado incuestionable.

Asimismo, Argentina debe estar abierta al mundo, y disfrutar así sin restricciones de los avances enormes en servicios y productos que se diseñan y producen diariamente en todas las áreas de la actividad humana.  ¿Qué sentido tiene pertenecer a una tierra rica y abundante si no podemos acceder a los mejores productos y servicios del mundo sin restricciones???   ☹

 

Los impuestos al comercio exterior son contrarios a los intereses nacionales, ya que aumentan el precio de lo que se importa (afectando el poder adquisitivo de la población) y reducen el producido neto de lo que se exporta (desestimulando la principal e irremplazable fuente de recursos genuinos).  Sin embargo, bien utilizados y manteniendo la propiedad privada de los mismos, pueden impulsar como nunca el crecimiento del país en todas sus áreas y regiones.

Tasa de Importación Invertible (TIMI), Tasa de Exportación invertible (TEI)


Propongo establecer una novedosa tasa del 10%, tanto para exportaciones como importaciones, pero que sea propiedad de sus operadores, depositadas en cuentas digitales fiduciarias, solo invertibles, en el caso de los exportadores, en proyectos de desarrollo en las regiones o provincias de donde provienen los bienes exportados (autopistas, puertos, aeropuertos, hoteles, y lo que se necesite en cada lugar), o en el caso de los importadores, para inversión y desarrollo de las industrias locales que compiten con el extranjero en las posiciones arancelarias de los productos importados (tal vez vía integración accionaria u otros arreglos, aporte de contactos con el exterior, infraestructura, sistemas, etc.).  


Dichas inversiones, siempre serán propiedad de los importadores y/o exportadores.  De este modo se garantiza un nivel mínimo de reinversión de resultados del comercio exterior en el país, frenando así la histórica y entendible transferencia de recursos al exterior, lo cual ha conformado un monto monumental de divisas fuera del país y del sistema económico, superior a la deuda externa de la nación.  


Estamos hablando de una forma de “privatización de impuestos” aunque suene alocado, pero es que los privados son gestionadores de capital infinitamente más eficientes que el Estado, y evitan la corrupción.
 

Cada región o provincia propondrá sus necesidades, compatibles con sus recursos e industrias, promoviendo la enorme capacidad creativa de nuestra población y la explotación inteligente de los recursos naturales de cada región, y así los operadores de comercio exterior optarán entre dichos proyectos, los que siempre quedarán bajo su propiedad vía asociación o licenciamiento.   Se trata de un win-win (“todos ganan”), ya que los productores mejorarán su productividad al encarar las inversiones que el Estado no ha podido realizar (rutas para transportar granos, tendidos de riego, etc.), y las regiones verán crecer sus ingresos impositivos al aumentar su contribución al PBI regional y nacional.


Con la economía desregulada, ordenada, con bajos impuestos, leyes laborales renovadas y precios competitivos de bienes y servicios, así como un tipo de cambio alto, la producción nacional de buena calidad podrá competir con el Exterior, sin barreras de ningún tipo que impidan a nuestros compatriotas acceder a la producción e innovación mundial.

MERCOSUR.  Acuerdos bilaterales o interregionales


El Mercosur orilla el fracaso.  Se convirtió en un acuerdo cuadrilateral de aranceles cero para productos de industria nacional, y en un acuerdo de libre tránsito entre ciudadanos de sus naciones con documento y sin pasaporte.  Aranceles de importación muy altos (del 0 al 35%) y casi inmodificables. Punto.  
Si un ciudadano de un país desea ejercer el comercio o la industria en el otro no puede, deberá buscar un socio local que ponga su nombre para los organismos fiscales y de control.  Si un producto fue importado desde un país del Mercosur, no puede pasar al otro sin volver a pagar aranceles aduaneros.  Si un país desea cerrar un acuerdo con otro no puede, salvo que lo aprueben los demás socios.  Si un país desea bajar aranceles de importación para ciertos productos, no puede si no lo aceptan todos (pérdida de independencia).  O sea, un acuerdo que maniata a sus integrantes sin mayores beneficios.  

 

Propongo: 
 

  1. Derogar los aranceles comunes de importación, 

  2. Mantener el tránsito interno con documento nacional sin necesidad de pasaporte,

  3. Permitir el ejercicio constitucional de ejercer el comercio y la industria lícita a cualquier ciudadano de los países integrantes. 

  4. Acordar un plan de defensa común frente a amenazas o ataques extranjeros.

Fromulario de Opinión

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